La peña Los Cernícalos, entidad flamenca decana de la provincia de Cádiz y la tercera más antigua del mundo, ha celebrado su medio siglo de historia organizando la penúltima de las citas programadas en los ‘Viernes Flamenco’ 2019, dentro del segundo ciclo ‘Caló Flamenco a la Fiesta de la Bulería’. Con una buena entrada de público en el Patio de San Fernando del Alcázar de Jerez, el espectáculo que ha traído la peña de la calle Sancho Vizcaíno ha reflejado a la perfección su histórica querencia por la Plazuela y sus cantes.
Con la inesperada baja de Nano de Jerez por una indisposición, el generoso cuadro de grandes artistas que ha propuesta en la pasada noche del viernes Los Cernícalos ha rayado a gran nivel: el poderío añejo de David Carpio, el eco acaramelado de Carmen Grilo, y la herencia fragüera de Tío Juane que atesoran Pedro y Manuel Garrido, los de la Fragua, han llevado la bandera del cante de San Miguel hasta lo más alto, para poner el colofón con el quejío que solo entienden los Moneo.
Luis Moneo, que hacía más de un lustro que no ofrecía un recital en su tierra, ha demostrado que ha alcanzado la plena madurez artística. Como remate, ha dedicado una soleá a Antonio Benítez Manosalvas, Antoñín, presidente honorífico y uno de los socios fundadores de una peña que empezó pidiendo permiso al gobernador civil de la época para poder celebrar sus actos flamencos.
La propuesta, dirigida por Manuel de la Fragua, ha ofrecido una excelente mezcla de juventud y veteranía. En el primer apartado, Manuel Moneo Carrasco y José Montoya Carpio ‘El Berenjeno’, que mantienen viva la llama del cante de San Miguel. En el segundo bloque, iconos del barrio como Manuel Fernández ‘El Gordo’, la maestra Ana María López o Pepe ‘El Zorri’, bajo las palmas de José Rubichi. María José Franco, tras triunfar en la pasada edición del Festival de Jerez con su espectáculo ‘Volver’, ha protagonizado el apartado del baile. Las guitarras han corrido a cargo de José de Pura y el plazuelero Juan Manuel Moneo.